Bienvenidos y bienvenidas

Estimadas y estimados colegas :



Les escribo estas breves palabras para desearles que estén muy bien, tanto en el trabajo como en sus vidas privadas. He sentido la necesidad de comunicarme con ustedes y manifestarles que para mi siempre es un agrado trabajar con los grupos que se conforman en las acciones que emprendemos como Sociedad Educacional DEPUNET Limitada. Les recomiendo dar un doble clic sobre el icono de DEPUNET y tendrán más información sobre la consultora, como también sobre la foto del Profesor.



Conozco la cantidad de trabajo que tenemos todos en estas tareas educacionales, pero si repartimos las responsabilidades y las actividades el esfuerzo será menor para cada uno de nosotros. Creo que una forma adecuada es ir avanzando paso a paso y verán ustedes que llegaremos a nuestro producto final (un PDEI para cada establecimiento) sin darnos cuenta. Las fechas pueden ser más flexibles y lo importante que el año escolar 2010 y siguientes nos encuentre con un trabajo bien realizado, en función de ofrecer una mejor calidad educativa en nuestros establecimientos educacionales, a nuestros alumnos/as y sus familias. Por eso he prepardo este blog para comunicarles y comunicarnos de manera permanente. Nuesto correo electrónico sigue siendo depunet@gmail.com y es una muy buena opción de comunicación a distancia.

Por todo esto, reciban de mi parte y nuestro equipo un saludo cordial en la esperanza de poder realizar un trabajo educativo interesante para todos.

Bienvenidos y bienvenidas a este esfuerzo de comunicación pedagógica a distancia.



Gabriel de Pujadas H.

jueves, 1 de octubre de 2009

I.- PRIMER MODULO: La reflexión filosófica-antropológica y curricular en el diseño de un PDEI


“Si solo sabes mirar los árboles, pero no eres capaz de mirar el bosque, jamás podrás saber por donde caminas y hacia donde vas”

I.1.- La idea del deber ser educativo
Todo proceso educativo se lleva a cabo siguiendo un ideario u orientación, implícita o explícita, que guía el diseño curricular y la acción pedagógica que se pone en marcha para el logro de ciertos objetivos educacionales que se pretenden alcanzar. No es posible afirmar que el proceso educacional es neutro, en el sentido de que no es intencional, es decir, que no tiene un ideal de persona que se quiere formar.
Hasta donde es posible afirmarlo, siempre en un proceso educativo existe, de parte de aquel que lo dirige, una intencional finalista, ya sea que ésta se presente de manera explícita o sencillamente quede no manifiesta. Pero que existe siempre, no es posible negarlo. Se hace válido en este caso la afirmación aristotélica de que el actuar sigue al ser. Solo no lo explicitarían aquellos que quieren utilizar los procesos educativos como medios para implantar o socializar una idea que no desean que se conozca y se ponga en cuestionamiento. De ahí  la importancia de la discusión filosófica sobre el tema, ya que ello nos permite aclarar, hacer publico, oxigenar, el tema de las finalidades e intencionalidades educativas.

Un Proyecto de Desarrollo Educativo Institucional (de ahora en adelante un PDEI), se puede caracterizar como un proyecto de mediano o largo plazo, en el cual los actores que intervienen en la vida del establecimiento educacional en cuanto tal (no en cuanto medio financiero o de lucro), definen sus valores y orientaciones institucionales básicas y los contenidos y procesos necesarios para alcanzar los objetivos y metas de la acción y la gestión pedagógica, que  posibiliten configurar y desarrollar una educación de calidad para todos los alumnos, sin discriminación, considerando sus diversidades y con ello, modalidades diversas de prestar el servicio pedagógico requerido por las familias de los mismos.
Esto implica, como se podrá observar, una etapa en la cual es necesario pensar, reflexionar y dialogar sobre el destino del establecimiento educacional. Es decir, pensar y dialogar comunitariamente sobre lo que se quiere lograr pedagógicamente con los niños, jóvenes o adultos a los cuales es preciso atender. Es lo que tradicionalmente se plantea como el campo que es propio de la filosofía de la educación, sin que esta reflexión sobre las finalidades educativas la agote ni mucho menos. La reflexión filosófico-educacional es más amplia y abarca, sin duda, un campo mucho mayor que el propio a las finalidades educativas.
No obstante ello, es preciso señalar que la filosofía educacional debe auxiliarse con otras disciplinas educativas, como la sociología educacional, la sicología educacional, la sistematización curricular, etc., para llevar a cabo esta reflexión teleológica sobre la educación. Es decir, la educación debe reflexionar sobre sus finalidades,  para que siga una línea de trabajo consecuente con sus finalidades.
En la época actual, producto de la influencia del pragmatismo neoliberal,  esta reflexión no se hace o se hace escasamente en los ámbitos educacionales chilenos. Mas bien se tiende a despreciar o desconocer este tipo de reflexiones, considerándolas poco prácticas o útiles. La idea es mas bien ir de inmediato a la operacionalización de las pocas ideas que circulan “en el mercado educacional” para, desde ahí, construir lo que se ha denominado la modernización de la educación. Queda poco espacio para atender las cuestiones mas de fondo de la educación, pero de manera imperceptible, los profesores toman conciencia de que esa reflexión es necesaria para sus planteamientos técnico-pedagógicos.  
El deber ser educativo se levanta como una de las cuestiones que es importante enfrentar en la época contemporánea, ya que de otro modo la educación pierde sentido para los actores educativos que están involucrados en ella.
Existe la controversia epistemológica de saber por cual camino debemos dilucidar estas finalidades educativas. Como lo sabemos, el concepto de epistemología  o teoría de conocimiento, para otros, se define como el ámbito de la filosofía que se pregunta sobre el cómo conoce el hombre, no desde una perspectiva fisiológica o sicológica, sino que desde una perspectiva fúndante o esencial, ya que ese es el ámbito propio de las preguntas filosóficas.
Hoy, a diferencia de otras épocas, en las cuales se tenía una mayor consistencia sobre las cuestiones educativas (no necesariamente una mayor verdad), no basta con un pensamiento deductivo que nos diga, desde un primer momento, hacia donde dirigir nuestro proceso educativo, como una suerte de mandato emanado desde lo superior jerárquico, sino que es necesario construir esa finalidad u objetivo desde la realidad misma.
La idea del deber ser educativo, el qué queremos construir con nuestra acción y la de nuestros propios alumnos, es un imperativo que se hace presente en la discusión seria sobre las cuestiones educacionales. La tentación de los “fundamentalismos deductivos”, es decir de posiciones ideológicas, filosóficas o religiosas cerradas y consideradas solo por si mismas como las verdades fundamentales, únicas, permanentes e inamovibles por parte de aquellos que las sustentan, se levanta con la misma fuerza que la tentación del “pragmatismo inductivo”, que reconociendo y privilegiando los hechos y las cosas como elementos básicos de la realidad, se pierde en los mismos, al no ser capaz de elaborar perspectivas de mayor generalidad que le den sentido a dichos hechos particulares. Así, al igual que en el fundamentalismo, el fin por si mismo o los simples hechos, también por si mismos, pueden justificarlo todo.
Es por ello que se afirma que un proyecto educativo no es tal o no está bien formulado, sin una reflexión y fórmula explícita del “deber ser educativo”, el cual debe construirse, necesariamente y a lo menos, desde y para la realidad y desde las aspiraciones vividas por los propios actores educativos.
REFLEXIONES
a)       A su juicio, ¿es importante reflexionar sobre él deber ser educativo? ¿Porqué? ¿Cuándo se realizó por última vez esta reflexión en su Escuela y cual fue su resultado efectivo? ¿Quién la promovió o como surgió?
b)       Si el resultado de esta reflexión fue negativo o positivo, ¿cuáles fueron a juicio de usted y sus colegas, los factores que más influyeron en este resultado? ¿Se puede describir la situación del porqué ello ocurrió? ¿Qué elementos borraría y cuales mantendría en la perspectiva de “construir” un PDEI?
ACTIVIDAD Nº 1: se realiza al final del texto, en el Cuaderno de Trabajo.
Todas las actividades constituirán parte importante de la evaluación del curso, ya que de los trabajos solicitados, se seleccionarán al azar (unos tres o cuatro de los mismos), que serán evaluados directamente por el profesor del curso. Estas evaluaciones parciales formativas constituirán la evaluación final del mismo. En este libro, al final, usted encontrará un Cuaderno de Trabajo que es un espacio especialmente diseñado para efectos de redactar las actividades solicitadas en una carpeta que cada alumno deberá tener para ir guardando sus trabjos.
I.2.-             Los marcos curriculares en el desarrollo de los PDEI.
I.2.1.            ¿Qué son y por qué son necesarios?
Todo proceso educativo es intencional, es decir, es un proceso que siempre tiene una finalidad explícita que lo hace diferente a los procesos de socialización, por ejemplo, o a los procesos de aculturación, los cuales son procesos inconscientes que se presentaban naturalmente en la vida social.
Por el contrario, en el caso de la educación este proceso, fundamentalmente de aprendizaje, es consciente por lo menos de la parte de uno de sus componentes (el que enseña) y tiende a ser cada día más consciente en aquel que aprende.
De ahí la necesidad de que todo proceso educativo tenga un marco de referencia o diseño del proceso educativo por el cual guiarse consciente y explícitamente. Eso es lo que denominamos “un marco curricular”,  mediante el cual cada profesor y cada alumno conozcan, de manera general, el trayecto y los pasos que deberán seguir durante dicho proceso, para alcanzar los logros que se proponen.
Un ejemplo de caso concreto: en el Decreto 40 sobre Objetivos Fundamentales y Contenidos Mínimos Obligatorios de la Enseñanza Media, los Objetivos Transversales deben explicitarse y no quedar sólo como meras buenas intenciones de formación de los alumnos; ellos deben definirse con claridad, escribirse, en otros términos, para que sean públicos y evaluables, es decir, para saber cuales son los grados de avance que se han tenido en la concreción de los mismos al interior del proceso educativo.
En el caso de la socialización o la aculturación éstos son procesos que se producen naturalmente, sin intencionalidad previa manifiesta, sino que se dan como parte normal de un proceso de integración de las personas a la sociedad y a los grupos de referencia en los cuales convive.
De ahí que siempre en el caso de los procesos educativos ellos deban tener una manifestación explícita de las finalidades u objetivos que se esperan alcanzar, para evaluarlos y sistematizarlos, en el contexto de los marcos generales de referencia que ese mismo proceso educativo se da cuando diseña su curriculum.
REFLEXIÓN
Sin estos marcos curriculares, que nos fijan objetivos y finalidades explícitas,  la educación marcha a la deriva, sin un norte claro, intentando buscar caminos que seguramente se harían fáciles de recorrer si existiera la reflexión previa de un diseño curricular articulado y articulador. Por eso la importancia de que en todo proceso educativo los educadores se hagan el tiempo para discutir y dialogar sobre los diseños curriculares que guiarán su acción pedagógica y su gestión educacional en los períodos escolares.
La competencia entre individuos es una falsa dicotomía, que podría ser superada por la idea de “el trabajo bien hecho”, en la cual se conjugan la idea de trabajo en equipo (colaboración) y la de hacerlo cada vez mejor para superarse a sí mismo (competencia consigo mismo), sin que ello signifique perder el sentido ético de la solidaridad que debe existir entre los seres humanos y sus instituciones u organizaciones laborales.
En la época contemporánea el conocimiento y la vida sufren o viven una suerte de transversalidad, es decir, la persona humana es cruzada por visiones parciales y totalizadoras, al unísono, que la hacen estar presente en los aconteceres mundiales, muchas veces lejanos a su vida cotidiana. De ahí la necesidad de que la educación enseñe a las nuevas generaciones a vivir con estos dobles mensajes que estarán siempre presentes en su vida cotidiana.
Es por esto que el desafío mayor para la educación chilena contemporánea es cómo lograr trasmitir valores y enseñanzas que permitan que la solidaridad y la colaboración, propia a un mundo de común-unión, se enseñoree por sobre los valores de la competencia, muchas veces selváticas, que predica los valores del individualismo y nos puede inducir, indirectamente, a la búsqueda de fundamentalismos desquiciantes.
I.2.2.            Fuentes para elaborar el curriculum de un PDEI.

RECOMENDACIÓN. Sería conveniente que este parágrafo lo lea junto con otro colega o en su equipo de trabajo, para así comentar los conceptos que no queden suficientemente claros y compartir opiniones.
Sin querer entrar a un tratamiento mas profundo sobre “las fuentes del diseño curricular”, es preciso adelantar que estas fuentes deben ser trabajadas en el ámbito del diagnóstico de los alumnos, su entorno y sus familias, en el cual se encuentra el establecimiento educacional, para que el curriculum diseñado corresponda efectivamente a las necesidades y expectativas educativas de los alumnos y sus familias.
Entre estas fuentes permanentes, que deben ser armonizadas con los diagnósticos antes mencionados, podemos mencionar, sin orden de prelación jerárquica, las siguientes:
Las fuentes filosófico-antropológicas, que nos darán cuenta de las concepciones que nosotros los educadores y las familias de nuestros alumnos tienen sobre el futuro de ellos mismos, cómo ven la sociedad a la cual se quieren integrar, qué tipo de ser humano quieren ser a futuro, como perciben la realidad y cuales son las percepciones que ellos tienen del mundo en cambio. Esta fuente, actualmente bastante desconocida por aquellos que hacen de la educación una sucesión de hechos, proyectos y temas emergentes, nos permite darle a la educación la direccionalidad y orientación anticipatoria que le son necesarias para un equilibrado desarrollo. 
Las fuentes axiológicas nos mostrarán, (previo diagnóstico y conversación entre nosotros y la comunidad de las familias integrantes del establecimiento educacional), cuáles son los valores mas apreciados por la comunidad y como los jerarquizan, para hacer un trabajo pedagógico programado sobre los mismos. Por ejemplo, en el diseño curricular de los Objetivos Fundamentales Transversales, los cuales implican acuerdos pedagógicos básicos entre las familias y la escuela.
Los elementos socio-culturales de nuestra comunidad, son una interesante fuente de recursos para el diseño curricular. Ellos nos tendrán que dar cuenta de los aspectos más relevantes que caracterizan a los alumnos no solo de la comuna en general, sino a aquellos del entorno de cada establecimiento educacional. Será preciso diagnosticar, por lo mismo, la variable socio-cultural que conforma la comunidad educativa, para saber cuales son las  percepciones que los alumnos tienen sobre su realidad circundante y la más global, así como el lenguaje utilizado en sus sistemas de convivencia cotidianos y las pautas culturales (normas, costumbres y usos) que los rigen. Este conocimiento diagnóstico de carácter cultural se transformará, sin duda, es un rico elemento de diseño y construcción del curriculum escolar, pues mediante éste podemos dar cuenta de los factores “más ocultos” que influyen sobre el curriculum efectivo.
Las fuentes sico-biológicas, es decir, aquellos elementos que caracterizan a los alumnos de la comuna desde la perspectiva de su desarrollo sico-emocional y corporal. Un buen diagnóstico sobre estos elementos de entrada al sistema, en lo posible aplicados en primer año básico, puede ser un elemento orientador importante de la acción pedagógica que se realice con los nuevos alumnos, ya que los textos sobre la materia nos hablan de niños y jóvenes muchas veces caracterizados de una manera muy distinta a la que nosotros debemos enfrentar pedagógicamente en la realidad cotidiana.
Las fuentes epistemológicas, sobre las cuales deberemos concordar, ya que ellas representan la lógica del conocimiento o el tipo de acercamiento cognitivo que haremos sobre la realidad. En otras palabras, esta fuente nos dará las luces pertinentes sobre la teoría del conocimiento que utilizaremos en la confección de nuestro diseño curricular. No es lo mismo, por ejemplo, diseñar un curriculum con una estructura de operacionalización que siga una lógica deductiva a uno que siga una lógica inductiva o de descriptiva fenomenológica.
Las fuentes pedagógicas, por último, que nos permitirán acercarnos a un acuerdo, nacido de la conjunción de las otras fuentes ya señaladas, sobre los tipos, estilos y métodos de acción pedagógica que pondremos en marcha para llevar a cabo nuestros planes, programas y proyectos educativos, en la comuna o por establecimiento educacional. Esta tarea tiene una directa relación con el diseño del curriculum o matriz curricular, ya que dicho diseño, dentro de sus requisitos básicos de existencia adecuada, debe tener la potencialidad de ser llevado a cabo efectivamente a través de una acción pedagógica concreta y con los recursos que se cuenta.
Las fuentes curriculares, fruto del trabajo en equipo que deben  desarrollar los equipos de trabajo de cada escuela, es una tarea que se deberá enfrentar  para elaborar una matriz curricular propia si así lo desean las autoridades educacionales y municipales de la comuna.
No  obstante los planteamientos anteriores, de carácter aún general, es preciso seguir adentrándonos en los problemas que la educación debe enfrentar en el presente para construir el futuro.
Hoy día predomina como punto focal de la conversación pública sobre educación, la relación de ésta con los requerimientos del crecimiento económico y la competitividad económica. Y sin embargo, no hay competitividad, ni crecimiento posibles sin un orden moral que cohesione el orden colectivo y provea de sentido a los actores individuales y grupales.
ACTIVIDAD Nº 2 : se trabaja al final del texto, en el Cuaderno de Trabajo.
REFLEXIÓN

La elaboración o diseño de un curriculum para cada establecimiento educacional (escuela, liceo o colegio) o uno similar para toda la comuna, es una decisión que corresponde a las autoridades político educativas de la misma, en el caso de la educación municipal, o de una coordinación mas amplia entre establecimientos educacionales, si ellos son particulares.
En todo caso esa decisión debe ser muy clara, ya que todo proceso de este tipo afecta la vida institucional de los establecimientos o la vida educativa de todas la comuna. La puesta en marcha de mecanismos de coordinación y cooperación se vislumbran como elementos importantes de la existencia educativa en un espacio social.



De Pujadas y Asociados, “El Proyecto SINAC en la Comuna de La Florida”, 1997-1998. Un proyecto pionero en Chile sobre esta materia ha sido ya llevado a cabo por De Pujadas y Asociados en la Comuna de La Florida, con el apoyo de sus autoridades políticas y educacionales, observándose las conductas de entrada de los niños en cuatro variables distintivas (conocimientos de base, habilidades de base, conocimientos socioculturales y realidad familiar), con lo cual se evitan las falsas comparaciones entre realidades comunales y educativas diferentes. En este caso, la comparación de los rendimientos o desarrollo de los alumnos se observa en relación a sus propios puntos de partida y no en relaciones a estándares nacionales, que se bien son positivos de tener, no permiten dilucidar los desafíos pedagógicos que cada equipo de profesores tiene en la Escuela, con sus alumnos en particular.

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TEXTOS DE APORTE REFLEXIVO



Los cambios del hombre: Polvo al polvo y agua al agua, del Dr. Dino G. Salinas

Oct. 16 , 2009 (Diario La Tercera)

Además de interesante, concebir el futuro de la especie humana nos obliga a dirigir nuestra atención a las fuerzas del cambio. Aunque no podamos intervenir para controlar dichos cambios, la comprensión de tales fuerzas genera aceptación y consuelo por lo inevitable. Distingo tres escalas temporales de este cambio permanente. De menor a mayor escala: la vida del hombre, la evolución de la civilización y la evolución biológica.

La vida del hombre, para algunos, comienza con la fecundación. A partir de entonces hay un avance sostenido hacia la cúspide del desarrollo. Después sobreviene el envejecimiento, el que también es un proceso determinado genéticamente, culminando con la muerte.

La concepción programada del envejecimiento, como una partitura cuya interpretación es una secuencia de etapas metabólicas degenerativas que nos llevan finalmente a la muerte, se desarrolló en las últimas décadas. Se ha estudiado el caso de unos tomates que nunca maduraban, a pesar de estar en su mata, descubriéndose que se habían imposibilitado cambios genéticos que eran responsables de la maduración o envejecimiento del fruto. A partir de estudios de este tipo se ha avanzado mucho y se acepta la idea de que el envejecimiento se debe en parte a señales moleculares debidas a la expresión génica, operando como un reloj que comanda un proceso continuo de autodestrucción, con un inicio sutil. Esta visión es compatible con la que establece que el envejecimiento se ve favorecido con los cambios ambientales, como la falta de antioxidantes y un exceso de ingesta calórica, ambos productos de una mala alimentación.

Estamos tan bien adaptados que, en condiciones normales, la posibilidad de una muerte en la ancianidad no suele deprimirnos de jóvenes, permitiendo que cumplamos con nuestras labores diarias, persiguiendo con entusiasmo objetivos que aseguren un futuro esplendoroso. Sin embargo, a veces es importante ser conscientes de nuestra finitud mundana, aunque sólo sea para cumplir con algunos de los proyectos más apremiantes.

Las unidades de medición que usamos a diario son tan pequeñas comparadas con una vida humana que resultan poco útiles para concebir nuestra propia mortalidad. Hablamos de horas, días y años. Considerando que para el año 2020, se estima una esperanza de vida al nacer de 80 años, habría que emplear unidades más grandes y que hayan sido vivenciadas por el mismo mortal, para que se perciban como realizables.

Hace años descubrí que a un adolescente se le puede hablar en unidades de mundiales de fútbol para impresionarlo y hacer que aproveche su tiempo. Si cursa primero medio y está atento por esos días a un mundial, con naturalidad se le dice que para el próximo mundial él debería estar ya en la universidad. La universidad está lejana en su mente, pero el próximo mundial es tan inminente como lo era el de ahora hace unos años. “Si los mundiales pasan tan rápido, la universidad llegará de la misma forma”, pensará. Da resultado, créanme. La cronoconsciencia se nota en su semblante.

Para hablar del tiempo que nos separa de la muerte tengo una unidad mucho más macabra: “La vida de un perro”. La mayoría hemos criado a un perro durante todo su ciclo de vida. Tendemos a considerar su vida muy corta en relación a la nuestra, aunque no lo suficientemente corta como para considerar a la sucesión de nuestras mascotas como granos de un reloj de arena. Decirle a un adulto joven que, cuando mucho, le quedan sólo el equivalente a dos o tres vidas de un perro, hará que piense más seriamente en su plan de jubilación, eso si no quiere ir más allá con su imaginación. ¿Cuántos perros alcanzaré a criar en sucesión hasta el día fatal? Obvio, depende del perro, pero el resultado está ineludiblemente acotado.

A menudo estos temas se ignoran y se refuerzan con una visión homocéntrica del mundo, todo sea para concretar ese anhelo de privilegio y eternidad. La verdad, como humanos, quisiéramos singularidad frente a cualquier otra especie animal o forma de vida, e incluso los elementos que nos constituyen. Esto origina algunas falacias, a las que denomino falacias homocéntricas.

Falacia homocéntrica 1: Polvo eres y en polvo serás tornado.

Nuestro homocentrismo tiene rasgos puramente narcisistas. Basados en la termodinámica, sabemos que somos sistemas disipativos en los que, al final, el gasto energético que nos aleja del desorden perderá la batalla, quedando nosotros dispersos, distribuidos según 30 % de cenizas y 70 % de agua; efecto a corto plazo comparado con otros de escala cósmica en los que ni siquiera tendría sentido decir agua. Sin embargo, deseamos que se nos recuerde según el porcentaje menor de cenizas, ignorando al agua, tal vez porque la consideramos demasiado simple y disponible. Desechamos el 70 % de nuestra masa y atesoramos en un ánfora el 30 % restante. Qué poético sería si, al momento de esparcir nuestras cenizas, nuestros amigos bebieran un vaso de nuestra agua. “Polvo al polvo y agua al agua… Salud!!” Así debería decirse en ese instante, mientras que las cenizas se esparzan al viento.

Falacia homocéntrica 2: Los gametos tienen como propósito nuestra reproducción.

La biología no reconoce intensiones aun cuando sí encuentra funciones. Los procesos no ocurren “para”, sino “porque”. Bien podemos considerarnos a nosotros mismos como gametos de nuestros gametos. Es decir, óvulos y espermios se reproducen “valiéndose” de nosotros, de nuestras vidas con todas nuestras experiencias, penas, alegrías e ilusiones. Desde esa perspectiva, somos parte de un ciclo reproductivo que favorece a células germinales manipuladoras.

La segunda escala temporal, incluye la evolución cultural de la información, (“memética”) y la evolución tecnológica, considerando la relación hombre-máquina. Abarca, como máximo, el fin de las civilizaciones, con todo el desencaje tecnológico que impediría que una civilización posterior interprete los datos de una civilización anterior. Lo resumo en este cuento (“La ciudad perdida”, enviado infructuosamente en una ocasión al concurso Santiago en 100 Palabras ):

“Los arqueólogos dijeron que se trata de una ciudad enterrada. Por la enorme cantidad de vehículos, acostumbraban vivir lejos de su lugar de trabajo. Confirmaron la existencia de maestros místicos que vivían de lo que encontraban en la basura. También se hallaron unos discos… No hay forma de leerlos. Lo único que sabemos de su cultura son algunas portadas de diarios de “farándula”. En la zona al oriente de la estatua de un general y su caballo, junto a algunos esqueletos, yacían bolsitas de silicona… parece que eran objetos de culto con los que enterraban a sus muertos…”

Suponer que una civilización en su máximo esplendor implica la superioridad sobre las demás especies es otra falacia homocéntrica, ahora correspondiente a esta segunda escala temporal.

Falacia homocéntrica 3: Somos la especie más exitosa.

Es cierto que somos la especie mejor adaptada. Podemos estar en ambientes extremos y eso es fruto de la tecnología que nos provee de refugio, trajes presurizados y control térmico. Sin embargo, si consideramos a la especie más exitosa como aquella que logra una reproducción más numerosa, ya hay quienes han sugerido que el trigo es más exitoso que el hombre, por cuanto nos utiliza, valiéndose de toda una civilización nuestra abocada a su cultivo. La humanidad completa es sostenedora del grano de trigo.

El tercer nivel de escala temporal de cambio del hombre, la evolución biológica futura, no la discutiré aquí. Se ha determinado que la evolución del hombre, en los últimos diez mil años, ha sido hasta 100 veces más rápida que en todo el resto del período de existencia de la especie. Después de ver las evidencias, opino que esta evolución tardía está plagada de anecdotillas de cambios genéticos ocasionados por cambios en hábitos alimentarios, condiciones de vida o hitos epidemiológicos, pero que, para que dicho enfoque tenga relevancia, ha de centrarse en la evolución de la inteligencia y la consciencia. Ambos conceptos no están lo suficientemente bien definido.

La inteligencia, además de mal definida y mal estimada cuantitativamente, es dependiente de tal cantidad de genes y factores ambientales conjugados que creo que es crucial establecer previamente estos aspectos, como una forma de cimentar el estudio de la deriva evolutiva actual del hombre (para asistir a un descuartizamiento del concepto de “coeficiente intelectual”, leer al biólogo Stephen Jay Gould, en su libro “La falsa medida del hombre”).

Afortunadamente, la concepción espiritual del ser humano requiere que consideramos que el todo es más que la suma de las partes. Pueden elegir estar o no de acuerdo conmigo en un pensamiento ocioso típico: “¿Si cada átomo de mi cuerpo lo cambiasen por otro equivalente, tomado del ambiente? Seguiría siendo yo...!! Por lo tanto, sólo soy una representación geométrica interna... y mi esencia es la topología...!! ” A partir de esa topología, algunos podrán constatar sus creencias.

Sin embargo, esta concepción todavía es pobre e incompleta. Rememorando una idea de Richard Feynman (el Maestro, Nobel de física que inspira aún a generaciones…): Si imaginamos al mundo como parecido a una gran partida de ajedrez que juegan los dioses, al cabo de un tiempo, observando, podemos entender las reglas del ajedrez, pero es difícil entender el por qué de cada movimiento. Así, debido a nuestra limitada mente, podemos considerar tan sólo a lo primero, lo más básico, como la comprensión de la naturaleza, lo segundo permanecerá como un misterio.

Por lo mismo, espero que se entienda cómo es que el sentido de lo trascendente no se afecta por el propio desparpajo en el reconocimiento de las falacias homocéntricas anteriores. Ciencia y espiritualidad son absolutamente compatibles. Sobretodo porque para amar no es necesario comprenderlo todo.

Voy más allá: No hay amor más fuerte que el de quien es capaz de dar su vida por el prójimo, aún sin saber si hay vida eterna.